AURA ROJA

Decidme si veis mi aura roja

Decidme si creéis en el destino
que me dio un poco de aliento
sin demasiada fortuna furtiva
ni demasiada belleza vana
Sólo unas pocas grandes cosas
vinieron en el materno zurrón
que me alojó en este mundo
entre algodones y espumas
de cariño y alegría

Decidme si se nota roja
la sangre saludable en mi piel
el brillo de la limpieza pulcra
en el rojo de mi amanecer,
límpidos los mares que veo
con los ojos de la ingenuidad
por capricho de alguna hormona
o alguna combinación extraña.

Decidme si hay algo de rojo
en la fuerza de vivir
a todas horas, a todos días,
y no pensar en la muerte
ni en finales siniestros y oscuros.

Decidme si es roja mi suerte
de cambiar de color las cosas
con la mirada de la esperanza
y el filtro sencillo de la niñez.

Decidme, decidme
si es roja la fe que os profeso
por teneros conmigo en paz.

CUANDO EL DÍA SE APAGA

Vuelvo a casa
cuando el día se apaga.

Conducir a esta hora
me dispersa la conciencia
entre el ruido del motor
y el alboroto de la radio.

Tan llana y tan recta
es la trazada de mis ojos,
que puedo ver a lo lejos
como la vista alcanza
miles de lucecitas diminutas
alumbrando la vida nocturna
y el trasiego de la gente normal.

Dejo pasar a todos
los que padecen prisa;
me recreo en el camino
agradecida y encantada
de conocer mi destino
en su lugar exacto.

Asoma la luna sobre el mar
a la derecha de mis miradas.
tan brillante y pacífica
como una foto en blanco y negro
de un tiempo inmaculado.

La metrópoli romana
se erige en el primer monte
iluminada y estática,
esperando el regreso errante
de los que vienen y van.

Se enciende todos los días
la noche para mí.
Nunca fui apropiada
para lugares oscuros y desiertos;
sin embargo, por un instante,
quiero desorientarme,
alargar el tiempo y la huída
hasta la absoluta soledad.

CAPULLO

Ni tan siquiera es rosa rosa
esto del centro de mi centro.
No llega ni a flor incolora,
ni tiene tallo ni aroma;
es tan sólo un capullo
que abro y cierro
cierro y abro
por temeraria
y temerosa.

PUTAS

Vende lo que tiene.
Lo que la suerte le ha dado.
La marca de nacimiento,
un tesoro muy precario.

Vende rápido y barato
con la boca comprimida
perfilada de un color
humillante y ordinario
entre exacta etiqueta
y anuncio desbordado.

¿Alguien compra una apariencia
con sonrisa de payaso?

Así funciona el negocio
de la venta de milagros.
Milagro de vendedora
experta en engaños,
esas dulces golosinas
de venenos callejeros
y placeres de mercado.

La vendedora cierra los ojos
no se mira en el espejo
ni tampoco en sus manos;
calla y muerde la sonrisa
dibujada en sus labios.