
Me atrapa una luz ingenua
casi castigada por la desidia
y la necedad del tronco leño.
No hay miedo a morir partida
ni rota por el centro de la espalda.
no hay miedo a la felicidad
por la ausencia de temor.
Caen los pájaros helados
cuando alguien te cubre de mierda,
entre las plumas libertarias,
saco la cabeza respirando hondo;
el viento se deja ir, se deja llevar
arrastra los aromas pestilentes.
¡Qué alguien me saque, me libere
de este bosque de verduleras napolitanas
que venden su alma a gritos
y su libertad a ñoñoerías baratas!!
Se cierran las puertas
me quedo a la luna de Valencia
como siempre, fuera del dentro
sola y cautiva de mí.
Ya no tengo dudas,
me lo digo, me lo dijeron,
yo soy tonta, sin tonterías
Me gusta la profundidad de tu poesía..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos..
Que la semana que comienza, sea de las mejores.. mis mejores deseos..