
Yo mujer
de sangre, de agua
de ciclos lunares exactos
de fuego, de entrega
de algas y estrellas de mar.
Yo que puedo parir
dar de comer en mis pechos
abrirme al amor,
¡ a la vida!
a las penas de los otros.
Yo que tengo en la mirada
el recuerdo de la huída
de la renuncia a las pasiones
y a los cielos del placer.
Yo que supe quererme
en la desdicha
en el encuentro con el demonio
en el castigo de la ira
en las guerras de razón,
hoy te busco vaciada
apiñada en la jauría
sucia, herida, arañada
como una perra salvaje
una perra vagabunda
una perra sin hogar.