Vengo vestida de rojo
a fastidiarte el orgasmo
como siempre.
No me culpes.
Los orgasmos no son cosa mía
sino de tu cabeza.
Cuando te deje,
se te seque la virtud,
el don de complacerte
y tu lengua,
me echarás de menos.
La hembra,
que no acepta sumisión,
quedará en el olvido
doblegada por la falta de calcio.
Sobrevivirás
a pesar de todo,
sin prisa, pero sin mancha.
De momento,
olvida los nerviosos
que viven alegres
en entrepiernas de carne.
y bragas baratas.
Tú sigue en la línea
de lencería de altura
por si un hombre tranquilo,
valiente,
es capaz de morirse
entre tus piernas.
Me gusta mucho, mucho mucho.
ResponderEliminarSaludos!
Buen viernes.
Vaya, nunca había escuchado una poesía sobre ésta dichosa menstruacción. A ver si te pasas por mi blog, o por ambos :)
ResponderEliminarkomo t pons a zakr kosas asi, tnta!
ResponderEliminarSiempre me gusta tu ingenio
ResponderEliminarUn beso. Gabriel
Desde luego no te ha faltado ingenio. Que arte.
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