Voy fundiendo glaciares
en cada acto de lo intruso
en cada nudo enrevesado
y en cada trama que perturba.
Voy tras la lágrima invisible
el vicio de sufrir por todo y todos
absorbiendo dudas imprecisas.
Me lleno, me lleno de menesteres
de ánimos que no me incumben
de penas que no controlo
y de aguas saladas calientes.
Más tarde, cuando el fin no hiere,
explosiona mi piel en sarpullido
se desborda la vida por la dermis
y muestro la sonrisa con tirantes.
El efecto esponja de la tarea
me colma tomándome la noche.
Cuando estoy tan llena de pasiones
morir no es verbo de importancia.
Precioso poema amiga. Hay que aprender a mantener la distancia de un palmo, para que no se nos derrita el cutis, como poco. Basotes gordos.
ResponderEliminarRecibir tus versos con el alma es lo mas bello.. en esta mañana de viernes.
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos..
Que pases un bello fin de semana..
Es bonito llegar a la noche lleno como una esponja, ser capaz de absorber todo lo que te rodea, para luego esprimirlo en unas gotas, en unos versos.
ResponderEliminarUn abrazo.