Mírame en la penumbra
hasta que tus ojos me iluminen.
Concédeme el tiempo y la suerte
que nunca tuvimos juntos.
Sé paciente infinito
en la espera y la ilusión.
Dame un silencio sin pausa
al ritmo de tus latidos.
Desnuda la vergüenza celosa
y las paredes de mi espacio.
Cautiva mi pena en las manos
hasta que me hagan libre.
Vuelve a la espiral del primer día
como un misterio pasado.
Haz que esto no acabe nunca
tanto como si me quisieras.
Hola Claudieta, siguiendo tu entrada una vez más
ResponderEliminarhe pasado por tu blog, un blog con unos poemas
que da gusto leerlos, unos versos de bella letra
consolidada con tus sentimientos, ¡muy bonitos!
te felicito y te sigo visitando.
Un beso
Ángel-Isidro.
http://elblogdeunpoeta.blogspot.cm/