Las tres menos cuarto

martes, 23 de diciembre de 2008

Lo veo nítido

Nítido y pertinaz
el ocaso repetido
un día y otro día
y otro día maldito
acurrucado en el lodo
del hedor de lo íntimo.

Desprovistos de fe
los minutos pasivos
exigen velas negras
que alumbren esos mitos
de leyendas de amor
de los amantes remisos,

¿Dónde queda la distancia
entre el árbol y el camino?

¿Dónde sufre la cordura
los anales infinitos?

Acusados de desidia
un dibujo en carboncillo
plasma un día y otro
los anales del camino.

¡Por Dios que nadie me diga
que esto estaba escrito!



1 comentario:

  1. Este poema no estaba escrito.
    Como muchos de los días 8ni escritos ni pintados)

    Es un poema muy bonito.

    Besos y abrazos

    Joan

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