Divido el día en tres partes
por aprovechar el tiempo,
y cada una de ellas,
me sangra por un extremo.
Ocho horas de cordura
de trabajo y de esfuerzo,
de dignidad acolchada
por el pan y el alimento.
Ocho horas de locura
haciendo lo que quiero,
o no haciendo casi siempre
lo que dictan mis deseos.
Ocho horas de una cura
que me hunde en un sueño,
de abandono de cabeza
de descanso en el cuerpo.
Pero existe un minuto,
un minuto de silencio,
más profundo que las horas
más mágico que el cielo.
Me visita a cada rato,
me levita cuando duermo
me revive en un instante
y me alegra si despierto.
Si no fuera por ese minuto
me vería en el espejo
como tenue acuarela
de silueta sin cerebro.
por aprovechar el tiempo,
y cada una de ellas,
me sangra por un extremo.
Ocho horas de cordura
de trabajo y de esfuerzo,
de dignidad acolchada
por el pan y el alimento.
Ocho horas de locura
haciendo lo que quiero,
o no haciendo casi siempre
lo que dictan mis deseos.
Ocho horas de una cura
que me hunde en un sueño,
de abandono de cabeza
de descanso en el cuerpo.
Pero existe un minuto,
un minuto de silencio,
más profundo que las horas
más mágico que el cielo.
Me visita a cada rato,
me levita cuando duermo
me revive en un instante
y me alegra si despierto.
Si no fuera por ese minuto
me vería en el espejo
como tenue acuarela
de silueta sin cerebro.
¡Disfruta de ese momento,
ResponderEliminarque no se escape el minuto...!
haz realidad todo aquello
que se transporta en silencio,
sea grande o diminuto,
disfruta sus emociones...
cuenta segundo a segundo.
Mi abrazo amigo,
Jesús
Seguro que eres de los que ven el vaso medio lleno je je je , te deseo que tengas más minutos de esos, Besos
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