Nuestro silencio no tiene espacio,
no cabe en este inmenso mundo;
es más grande que su apariencia,
más triste que la naturaleza muerta,
más sólido que un grueso muro.
Devoramos en nuestra hambruna
el manjar de los sentimientos;
ávidamente míos y tuyos
sucumbieron a tanta sutileza,
con dulces vocablos untamos
nuestras bocas de amor absurdo.
Y estas bocas que se han resecado
por un silencio casi mortal,
permanecerán siempre en ayuno
de las mieles del amor radiante,
de los ágapes más pasionales
que nos liberaban de nuestro yugo.
no cabe en este inmenso mundo;
es más grande que su apariencia,
más triste que la naturaleza muerta,
más sólido que un grueso muro.
Devoramos en nuestra hambruna
el manjar de los sentimientos;
ávidamente míos y tuyos
sucumbieron a tanta sutileza,
con dulces vocablos untamos
nuestras bocas de amor absurdo.
Y estas bocas que se han resecado
por un silencio casi mortal,
permanecerán siempre en ayuno
de las mieles del amor radiante,
de los ágapes más pasionales
que nos liberaban de nuestro yugo.
En cuanto he visto tu visita, he venido para tu blog, tampoco sabia que tenias uno, ahora que ya lo sé , me pasare a verte romanticona je je je , besos
ResponderEliminarEl silencio a veces dice más que mil palabras, bellas letras, un placer encontrarte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Emilio, se me hace cocacola cuando me visitan, un beso
ResponderEliminarbueno ya estoy aquí mi amiga, listo para saborear tu cocina-poetica
ResponderEliminarun lujo verte.
un fuerte abrazo
Gracias a todos, encantada de recibiros, besitos
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